La elección de una batería para una placa solar no es un asunto sencillo y requiere tener en cuenta una serie de aspectos que nos ayudarán a escoger la alternativa ideal.
Es importante recordar que existen diferentes tipos de baterías dependiendo de su formato, siendo las baterías monoblock y las baterías estacionarias las principales opciones que tenemos a nuestro alcance.
Las baterías monoblock son pequeñas y de una única pieza, contando con un tamaño similar a la batería de un coche.
Estamos ante un tipo de batería que es recomendable para instalaciones de bajo consumo, con la ventaja añadida de que se trata de la alternativa más económica.
Por otro lado, las baterías estacionarias son de un mayor tamaño y están formadas por módulos de 2V unidos en seis elementos para formar 12V.
Pueden acumular una mayor cantidad de energía en comparación con las baterías monoblock y, además, tienen una esperanza de vida más elevada y que oscila entre los 15 y los 20 años.
Finalmente, hay que aclarar que las baterías estacionarias son una opción idónea para consumos medios-altos.
No obstante, las baterías también se pueden dividir dependiendo de la tecnología usada en la fabricación.
Por ejemplo, las baterías de plomo ácido abiertas, disponibles tanto en monoblock como en estacionarias, son una de las alternativas más populares y requieren un mantenimiento anual del nivel del electrolito debido a que sufren evaporaciones.
Las baterías AMG, que solo están disponibles en las baterías monoblock, destacan por estar selladas, por lo que son una solución idónea para sitios que no estén ventilados y tienen la ventaja de que duran más tiempo en comparación con las baterías plomo-ácidas abiertas.
En último lugar, mencionaremos las baterías de gel como otra de las posibilidades más demandadas en la actualidad y que las podemos encontrar tanto en modelos monoblock como estacionarias.
Este tipo de batería es apto para aquellas instalaciones que priman la disponibilidad de energía antes que la disponibilidad de potencia.